miércoles, 13 de diciembre de 2017

LAS INCURSIONES DEL SIGLO III DE FRANCOS Y GERMANOS EN HISPANIA

Los historiadores tiene poca afición a fijar fechas concretas para los periodos históricos, lo cual es razonable porque estos periodos se establecen convencionalmente y no es habitual que haya acuerdos absolutos en los momentos de inicio y terminación.

Aun así, se puede dar para el comienzo de la crisis del siglo III, un año definido: el año 235, en el que muere el emperador Alejandro Severo. A partir de ese año se suceden cincuenta años de crisis, que podemos hacer llegar hasta el año 285 con el ascenso al poder de Diocleciano.

La sucesión de Alejandro Severo fue bien resuelta y le siguió una lista de emperadores que no obtienen una legitimidad clara, algunos de ellos son bárbaros o semibárbaros, que duran poco y que en su gran mayoría son asesinados. 

A esta inestabilidad interna se le suma, no por casualidad, la fragilidad de las fronteras que son atravesadas de modo continuado. 

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Estrechamente vinculada con estas circunstancias se desencadena una fortísima crisis económica. 

En cuanto al panorama exterior, los ataques son protagonizados por persas, germanos  y algunos levantamientos indígenas en el norte de África.

La península ibérica no es ajena a todo esto. La crisis económica se manifiesta en las bagaudas: revueltas, sublevaciones y movimientos de campesinos. A pesar de que la península no está en zona de frontera, las invasiones germanas de la Galia acaban sintiéndose en el territorio hispano.

Las provincias germánicas y galas son devastadas por tres incursiones: entre el 254 y el 256, entre el 259 y el 260 y entre el 269 y el 271.

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Narciso Santos Yanguas

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Al menos las dos primeras incursiones fueron solamente de pillaje, con saqueos de villas y ciudades en la Galia y en Hispania. Algo que desde Roma se vio como un mal soportable. Sólo cuando con la tercera incursión se introdujeron en territorio itálico se tomó el asunto en serio y se tomaron medidas más contudentes. En el año 273 el emperador Aureliano restablece el poder imperial en la Galia. Con este precedente, en el año 275, frente a una cuarta incursión, el emperador Probo acude al Rhin rápidamente.

¿Cómo fueron posibles las incursiones? 

La defensa de la frontera renana estaba organizada con fortificaciones que en realidad servían para protegerse de ataques de bandidos locales. Una vez atravesada la frontera se encontraba un país vacío de guarniciones. el grueso del ejército estaba en las fronteras con persas y godos. Por otro lado, la villas no se fortificaban desde los tiempos que siguieron a los primeros emperadores (de Augusto a Claudio), confiados en la seguridad que tuvo el Imperio durante todo el siglo II.

Tomada conciencia de esta debilidad, las incursiones se hacían con unos pocos miles de guerreros que seguían las grandes vías. 

Las incursiones de francos y alamanes se traducen en los territorios afectados en incendios, en la construcción apresurada de fortificaciones y también en el enterramiento de monedas (tesorillos) para tratar de salvaguardalas. Los tesorillos han servido por cierto a los arqueólogos para reconstruir estos acontecimientos a falta de datos escritos.  Pero también se tomaron medidas apaciguadoras políticas: cesión de tierras a los invasores, su incorporación al ejército, o el establecimiento de pactos.

Las incursiones penetraron en profundidad en el Imperio. La toma de Tarragona es el hecho más citado por los antiguos, pero hay claros indicios de que las cosas llegaron a mucho más. Hay indicios en Ampurias, Gerona, Mataró, Sabadell o Badalona; y Barcino (Barcelona) se vio afectada de manera profunda.

Más hacia el interior, de la correspondencia entre Paulino de Nola y el poeta Ausonio, se desprende que algunas ciudades estaban desiertas ya entrado el siglo IV. Entre ellas Ilerda (Lérida), Bilbilis (Calatayud) y Calagurris (Calahorra). Sin embargo, parece que Caesaraugusta (Zaragoza) no fue afectada de un modo profundo.

En la costa levantina se encuentran indicios de destrucción en Sagunto, Cullera, Dianium (Denia) o Lucentum (Alicante).

Entre los años 260 y 280 se produce la fase peor. Algunas villas tienen que ser abandonadas y en las que se quedan no es momento para lujos como construir mosaicos, por ejemplo.

Incluso más al sur hubo problemas, en Castulo (Jaén) y puede que  Malaca, y finalmente Gades. Lo que completaría todo el recorrido de la vía Augusta. 

Una de las consecuencias importantes de estas incursiones es que Tarraco no logrará reponerse del todo, y Barcino ocupará el lugar que deja Tarraco. Si hubiera que poner una fecha exacta para la destrucción de Tarraco esta sería el año 264.

En una segunda oleada, en el año 276, los invasores pudieron seguir otra ruta, la del Norte y Noroeste. la pregunta es entonces por qué no actuó el ejercito que estaba en León, los centros mineros y el norte de Portugal. Algo relativamente comprensible cuando el paso se hizo por la costa este, más alejada, pero difícilmente justificable para un paso tan próximo ¿eran ya ineficaces en esta época esta tropas después de largos años de inactividad?

Todo el fenómeno de las invasiones tiene como consecuencia un gran esfuerzo de mano de obra y recursos económicos, realizado en un mal momento, con el objeto de fortificar un número grande de ciudades. Otra consecuencia es la afección al comercio de aceite hacia Italia. el efecto de las invasiones se suma a la ya delicada situación de la producción de aceite afectada por confiscaciones desde el 235. 

En general, la economía se vuelve más local y más rural, y se entra en un tiempo distinto al que hubo en el alto Imperio.
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